miércoles, 27 de agosto de 2014

Retos de familias con madrastras, padrastros, hijastros y hermanastros

Retos de familias con madrastras, padrastros, hijastros y hermanastros   Mi familia, una ensalada Deseo compartirles el tema de la familia reconstituida o combinada, cual es muy normal en nuestra sociedad hoy día. Sabemos que una ensalada es muy nutritiva y es acompañante del plato principal, además que combina de varios vegetales. Les presento esta familia, se compone de papá, mamá, y tres hijas, todas de padres biológicos diferentes. Suena complicado pero así lo es. Mamá ha tuvo dos relaciones anteriores y de ellas nacieron hija menor e hija mayor. Al casarse con su nuevo esposo, este tiene una hija de otra madre biológica, convirtiéndose esta en la hija del medio. Así que son tres hermanas, la hija de papá es hermanastra de las hijas de mamá y vive versa. ¿Ves? es una ensalada llena de personas diferentes, con caracteres diferentes, deseos y necesidades diferentes. Criar familias como la mía con padrastros, madrastras y hermanastros es un verdadero reto en estos tiempos. Les seré honesta la palabra hijastra debería ser modificada, a mi no me gusta, prefiero llamarla como “la hija de mi esposo” Buscando la felicidad No es fácil complacer a todos a la hora de comer o de decidir cual película van a ver o alquilar. Pero las diferencias no son motivos para no ser felices. La base fundamental para lograr esto es que Jesucristo sea el Centro del hogar. Los adultos deben ser consistentes en modelar lo que Dios nos enseña en su Palabra. Después de permitirle a Dios hacer Su voluntad en casa, les presento algunos de los retos que hay que tomar en cuenta y sobrellevar. Mat 13:52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas. Retos 1ero Superar las frustraciones. Cuando dos personas se casan luego de tener hijos previos, desean que todo salga bien comenzando con la relación de sus hijastros. Cuando las expectativas se desmoronan vienen las desilusiones. No se puede obligar a los hijos a amar de golpe a su nueva familia, esto ocurrirá poco a poco, a medida que ellos noten que hay felicidad entre los adultos y que juntos están echando hacia a delante los amaran. Los problemas entre los hermanastros son normales, el proceso de adaptación acurre alrededor de cuatro a siete años, así que la paciencia y la tolerancia deben estar en todos los miembros del hogar. Otro asunto es que de la relación anterior hay situaciones financieras que continúan con los adultos, como pensiones alimentarias. Lo ideal sería compartir las finanzas sin ningún problema, pero creer que el amor que se tienen ambos es suficiente, no lo es todo. Los temas financieros se deben dialogar si es posible entre todos, hablar del presupuesto del hogar y tomar medidas de ahorro si es necesario. Es importante que sean las mismas mesadas para todos, y que los menores sepan cómo se maneja el dinero en el hogar. 2do Entenderse unos a otros. Si has escuchado a un joven con problemas, quizás lo hayas escuchado decir:- es que no me entienden. Cuando surge una situación, discusión o problema hay que trabajarlo con rapidez. Como adultos Dios nos da la sabiduría para hablarles con autoridad, amor y con respeto, así como llegar a acuerdos y negociar con ellos cuando deseen algo difícil es importante. Jer 1:10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. No le reclamen cuando digan que extrañan a su papá o mamá, más bien comiencen una conversación acerca de cómo se siente y porque lo extraña. No juzgarle o señalarle si no saluda con respeto o simplemente llega y no lo hace. Podrían hablar entre todos sobre la importancia de los buenos modales y del saludo, dele tiempo para que esto ocurra. Coman juntos, quien cocine debería preguntar acerca de su plato favorito y tratar de complacer al menor cuando está de visita. Consigan un juego de mesa familiar y jueguen juntos. Adoren a Dios en familia, no basta con ir a la iglesia, reúnanse de vez en cuando a leer la Biblia juntos o simplemente a cantar. Muchas veces hay menores que se van obligados a la iglesia. Recuerden que ellos no se pueden quedar en casa solos si son menores de edad, aunque asistir a la iglesia no se debe negociar pero, después del culto pueden complacer al menor y llegar a un acuerdo. 3ero Integrar a los extraños. Muchas veces papá o mamá se siente incómoda cuando viene de visita el menor, se puede incluso sentir celos de un niño de seis años. Eviten comparar unos con otros, con su madre o padre biológico, ni mucho menos hablar mal de ellos. Tampoco esperen llevarse bien con ellos, recuerden que toma tiempo. Mat 7:12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. Hay que esforzarse en tratar a todos por igual en la casa. El padrastro o madrastra deben buscar tiempo a solas con el menor y conversar, cocinar o hacer alguna tarea juntos. Nunca obliguen a llamarles “papi” o “mami” si no lo son. Demuestren que su familia “real” les importa. Distribuyan por partes iguales las tareas del hogar entre todos y reorganicen juntos la casa, siempre es bueno cambiar los muebles de lugar, esto evita que se sientan como intrusos. Gen 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Den prioridad a su matrimonio. Antes de casarse háblenles claro a sus hijos de sus intenciones y del respeto que esperan hacia su nueva pareja. Demuéstrenle la importancia que su cónyuge tiene para usted. 4to Disciplinando a los hijos de él (ella). Es uno de los retos más fuertes. Muchas veces el apego emocional de “el nene de papá” o “eres muy blandita con ellos” es motivo de discusión entre el matrimonio. Efe.6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Juntos deben aclarar y recordar las reglas del hogar, si no hay, creen unas. Nunca discutan sobre el comportamiento de sus hijos frente de ellos y concéntrense en la conducta y no en como los criaron. No sobrecarguen a los menores con las reglas, sean flexibles y entiendan la edad. Revisen a menudo cosas importantes como la vestimenta, horarios de acostarse o el uso de la computadora. Felicítenlos cuando hacen las cosas bien y eviten los regaños a hijastros, los deben corregir su papá o mamá, con respeto. No se sientan mal si oyen “tú no eres mi mamá” o “me quiero ir con papi”, recuérdenle con amor que mientras estén juntos se seguirán las normas del hogar y denles la oportunidad para compartir con ustedes.  Espero que esta información les haya sido de gran valor. Yo de mi parte continuaré preparando a mi familia en el conocimiento de Cristo y lo que dice en Su Palabra. La ensalada ya está servida, Dios ha puesto en nuestras manos tres hijas maravillosas y servidoras de Él. Largo camino nos resta. La palabra de Dios no dice que criar es fácil, al contrario dice: “hay de aquellas que críen en esos tiempos”, estamos en esos tiempos en donde es difícil criar. Pero insisto, con Dios todo es posible. *Información obtenida de la revista ¡Despertad! Y le reportaje por la psicóloga Patricia Papernow y el psicólogo William Merkel.

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